Tuesday, April 15, 2008

Retrato de Angela Merkel como mujer y canciller

Un escote ha dado la vuelta al mundo. Con un equilibrado y a la vez generoso busto femenino, con un volumen digno de envidia para muchas y capaz de atraer con facilidad cualquier vista, incluso la de los más exigentes en opulencia.
El escote que hemos visto no es cualquiera pues pertenece, como sabemos a ella, la canciller Angela Merkel.Angela Merkel gran escote

Angela Merkel, la Bundeskanzlerin de Alemania, la tierra de Siemens, Volkswagen, Goethe, Bach, Audi, etc.
Conciente de su feminidad, nos entregó una exuberante muestra de ella durante la gala de inauguración de la nueva ópera de Oslo.
La Bundeskanzlerin, la canciller que siempre nos hace desviar la vista hacia cualquier otro lado buscando un rápido refugio, precísamente ella ahora nos la desvía hacia otros, hasta ahora desconocidos rincones de su naturaleza.
Como diciendonos: Mírame, pero mírame ahora también como mujer.

Llegamos a conocerla como una chica emprendedora y muy inteligente. Con grandes capacidades. Pero una chica de esas, que sí son simpáticas pero que nunca se roban el Show. Sin gran chispa y sin una gracia espectacular. A sabiendas de esto, durante la campaña electoral del 2005, su nombre Angela, que es bastante común, se lo cambiaron por "Angie", un nombre que según los responsables de su campaña, debería darle aquel toque de dinamismo que le faltaba.

Como sea, "Angie" o bien Angela llegó a ser canciller. Hasta ahí todo bien, pero así también comenzó una dura etapa en su vida. La política, las responsabilidades, el trabajo, los sindicatos, el partido, etc. todo eso que comprende la labor de conducir a una potencia como es la de Alemania, todo ese peso se le vino encima como alud. Y como no, si hasta su llegada era una tarea que había estado reservada solo para hombres, pero para hombres de gran calibre, como H. Kohl, G. Schröder, H. Schmidt. Esa labor empezó a menguar en ella, en forma lenta y segura, sin hacer estragos, pero si dejando visibles huellas.

Hasta llegó a descuidar su peinado, lo que cualquier otra mujer nunca haría. Como es una mujer practica se dijo simplemente: O soy canciller o voy a la peluquería. Esta situación de descuido personal no pasó desapercibida en los medios que como sabemos, están acostumbrados a meterse donde no deben. Llegó incluso a ser víctima de abiertas burlas, como en aquel afiche de Sixt, que despiadadamente le invitaba a un sencillo cambio de ese descuidado peinado, utilizando los aero-efectos de un viaje en cabrio.

Fue un tiempo muy dificil. Todas esas burlas, las intrigas, esa desconfianza en su labor y además, la insoportable y tremenda presión de tener que demostrar, y en poco tiempo, esas cualidades que poseía y de las cuales solo ella estaba segura de tenerlas.
La tarea fué muy dura y todavía no se ha cumplido del todo. Pero ya por lo menos ya ha logrado establecerse como estadista reconocida a nivel mundial. El nombre de Angela Merkel hasta llegó ya a los oidos de Forbes que la coronó como primera en su lista de mujeres poderosas e influyentes, incluso dejando atrás a Condoleezza Rice.

Y como son las cosas, Angela Merkel, ahora una mujer de prestigio y fama, además bien equipada de aquellos atributos que hacen que una mujer sea mujer, precísamente ahora se ve virtualmente acosada por el oportunismo de hombres que compiten en conquistarla.
Ahí tenemos al presidente George Bush por ejemplo, que no pudiendo controlar sus instintos, finge querer darle un relajante masaje, pero con la abierta intención de meterle mano, de apropiarse ilícitamente de sus encantos femeninos. También lo ha intentado haciendole reir, pero con chistes, ridiculeces y payaserías de mal gusto, que nunca causarán en ella el efecto que él desearía.

Para conquistar a Angela Merkel hay que saber primero como y conocer sus preferencias.
Porque ella se inclina solo ante la exquisita frialdad británica de un Toni Blair, o también ante la picardía y la chispa sudeuropea, como la de un José Manuel Barroso. En su defecto prefiere ella también el encanto, el charme seductor de los franceses en manos de un Nicolas Sarkozy.









Frente a hombres, como en el caso de Putin, ella siente un cierto recelo. Esto debido al pasado de Putin en el KGB, lo que le trae recuerdos y algunos malos de esa época. Además, dado que ella bien conoce lo que significa triunfar en una democracia por medio de elecciones libres, tiende a desconfiar más todavía de gente como Putin, que se aferran al poder con toda clase de trucos de poca honra.
Hay hombres también, como es el caso de los gemelos Kaczynski que a ella no le atraen en absoluto. Porque son de aquellos que siempren andan con la historia a cuestas, recordando un pasado que ella siempre ha lamentado. Hombres nunca dispuestos a mirar hacia adelante.
Además de que Angela siempre ha tenido dificultad en distinguirlos y nunca supo si estaba con Lech o con Jaroslaw.